Era la víspera de la navidad, Don Beto mando a su hijo Betio a hacer las compras al mercado para la celebración. Betio era un muchacho joven, de unos veintitantos, aun vivía con su padre, le gustaba la vida fácil, el trago y las mujeres, en ese orden. "salió a mi de malia - decía Don Beto sacando pecho. Comprando alcohol estaba Betio cuando al levantar la vista vio con horror la imagen del Ángel de la muerte, así como siempre se la imagino o como la vio en alguna película de terror, oscura, con su traje negro, sus terroríficas alas, aquel ángel lo miraba fijamente. Al comienzo Betio pensó que era un bromista disfrazado pero rápido se dio cuenta que si era ella, la calaca, la pelona, la huesuda, la muerte.
El ángel hizo un gesto con sus manos y señalo directamente a Betio lo que le hizo pensar que el espíritu venia por él, entonces pensó que si se apuraba podría cambiar ese destino tan inesperado y cruel. Salió del mercado y corrió desesperado hasta donde estaba su padre y le conto como el ángel maligno lo encontró y le hizo una señal que significaba que se lo llevaría de este mundo. Don Beto no lo pensó 2 veces, le dio las llaves del viejo pero eficiente Ford a Betio y le dijo: "Andate, lo más lejos que podas, no quiero saber donde, pero que sea lejos!" Así Betio cogió carretera, manejo por horas, a toda velocidad, sin parar, hasta que llego a La Ceiba, justo a tiempo para coger un barco camaronero que regresaba para la laguna de Caratasca donde tenia un viejo amigo que había llevado la medicina hasta esos pueblos remotos. llego a Puerto Lempira donde lo esperaba su amigo en un jeep que salió en veloz carrera con destino a una aldea llamada Tuntuntara, en la jungla de La Mosquitia, el viaje completo llevaba 12 horas y 22 minutos...
12 horas y 22 minutos antes, mientras Betio salía desesperado con rumbo a su escondite secreto, Don Beto fue al mercado a buscar al temido ángel, quería distraerlo mientras Betio se iba los más lejos posible, donde no pudiera encontrarlo, lo vio y le increpó: ¿Por que te quieres llevar a mi hijo?... él es buen muchacho. La muerte le contesto: No Beto, yo no me iba a llevar a tu hijo, vine aquí por otra persona, pero me extraño ver a Betio aquí en el mercado, tan tranquilo, a estas horas, porque yo tengo en mis planes llevármelo de Tuntuntara dentro de 12 horas y 22 minutos...