Hasta que un día, de repente, te das cuenta de que hay cosas que con el paso del tiempo van cambiando y que no tenes más remedio que adaptarte a ellas. Y lo que es peor, aceptarlas. Mucho antes, levantarse en calzoncillos el domingo a hacer panqueques, o huevos picados, o Corn Flakes con leche y mínimo (tres delicias matutinas que ahora tengo que multiplicar por cinco) encender la tele y tirarse al sillón… tranquilo, despreocupado,…
Ahora… cansado de trabajar toda la semana, el domingo solo querés seguir acostado, todo el día! y al ir a hacer el desayuno de panqueque o huevo picado, ves como te cuesta levantarte con tus huesos oxidados y adoloridos, ves como te ha crecido la panza y los cachetes y ves como te salieron canas en el bigote… Sinceramente, es malo hacerse viejo siendo tan joven...
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