domingo, 28 de enero de 2018
Otra vez...
Otra vez, un estadio triste, un estadio vacío, vacío de gente que comprende, un estadio medio lleno con unos pocos empleados públicos, con serviles lambiscones en busca de una chamba, con gente humilde que trajeron de los pueblos a cambio de 500 Lempiras y un pan con mortadela, todos desgalillando un Viva JOH aun con todo y mordida de lengua. Esta vez no estuvieron los principescos visitantes que se encantan de reverencias ni los presidentes con sus encopetadas primeras damas que saben lo que pasa pero no les importa. Ahí se mostró sonriente el inescrupuloso, infeliz y desalmado aprendiz de dictador, el que aunque no gano unas elecciones libres se sentó a lamer de la miel que le tira la oligarquía, se sentó a recibir bendiciones de la curia clasista y los pastores traficantes de la fe, sobaditas de hombro de corruptos y ladrones que quieren esconder pasados oscuros que ya conocemos, de militares asesinos, corrompidos y lamebotas, de ricachones, muchos de ellos mal habidos con sus operadas mujeres que no saben lo que se siente sobrevivir en un país empobrecido con un misero salario mínimo, de mal llamados periodistas con sus recibos listos... mientras afuera, el pueblo que se revela recibe balas, palo y gas, el pueblo que todavía protesta recibe muerte y represión de parte de sus mismos compatriotas de uniforme que sin cara le somete y mata sin tocarse el alma... Ojalá algún día este noble, aguantador, frustrado y dormido pueblo se levante de verdad contra el abuso, cuando lo haga será tan invencible que no lo podrá parar ninguna fuerza del mundo...
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